De mi propia creación:
En la cima de un acantilado profundo donde se albergan las sombras infinitas del mundo…. En un desolado paraje, se encuentra la más hermosa de las rosas, que se conserva pura e inmaculada…. La rosa de cristal, una luz de esperanza, un brillo plateado deslumbrante, en un ambiente inhóspito, difícil y vacio…
Era esta una parte de la historia que un niño pequeño oía de su abuelo todas las tardes que lo visitaba en su casa, tardes imborrables de su memoria, que disfrutaban juntos, mientras el anciano fumaba uno que otro cigarro mientras le contaba a su nieto tantas historias de fantasías, leyendas de su tierra, en algunas ocasiones una que otra historia de amores, y toda clases de historias, que realmente daban la impresión de ser sacadas de un libro más que de la tradición oral, o de la imaginación inmediata del abuelo, demostraba ser una persona culta y el añoraba que su nieto también lo fuese.
A la par del abuelo, estaba su mujer, una señora, que por más años que tuviese, era jovial, con un espíritu de laboriosidad tan grande, que rara vez se sentaba en el estudio de la casa junto con su marido y su nieto, ella prefería miles de veces cocinar y preparar cuanto se le cruzase por la mente.
Era una escena feliz, casi perfecta, si no fuese por el hecho, que en el cuadro faltaban los padres del pequeño; no hay que asustarse, ambos eran trabajadores de un gran prestigio internacional, y como tales viajaban constantemente; para mayor seguridad, preferían dejarlo en la casa de sus abuelos paternos, ya que lamentablemente, los de la otra familia, habían fallecido algunos años atrás.
El niño, era feliz, en cualquiera de los casos, disfrutaba de sus abuelos todo lo que podía; y vivía con la idea fantasiosa de encontrar todas esas historias que contaba su abuelo, hacerlas parte de su vivir y convertirse en un aventurero que disfrutase de la vida, y aunque crecía, conservaba la inocente idea de hacer su sueño realidad.
Con el tiempo, el niño fue creciendo, hasta alcanzar la adolescencia, con 15 años al hombro y un talante que imponía respeto, sus abuelos tenían ciertos presentimientos, el ya podría tener algunos problemas con su vida. Un día, su abuelo lo llamó al estudio mientras su mujer estaba en la cocina, así no interfiriese en la conversación de hombre a hombre....
“hijo mío, ya estás en una edad que puede ser dificultosa para cualquiera, y yo mejor que nadie lo sé…. ¿Sabes?, voy a ser directo, ya hemos conversado de otras cosas antes pero de esta no…. Hijo mío, ¿tienes alguna pareja?....” preguntaba el viejo hombre con su voz ronca y sin muchas vacilaciones….
Esta pregunta dejó prácticamente atónito al joven, quien, por vivir de la utopía que formó sin querer con las historias de su abuelo, nunca se había puesto a pensar en ello, ni siquiera se ha sentido atraído por una mujer, a pesar de ser un chico normal en el colegio acomodado en el que estudia.
“Sinceramente abuelo, nunca me detuve a pensar en ello, quizás lo tomes por algo extraño viniendo de un joven de mi edad, pero siéndote realmente sincero, nunca se me ha cruzado la idea de enamorarme…. Si lo que te preocupa es que meta la pata en una relación o algo por el estilo, despreocúpate, dudo que ocurra hasta un tiempo más…. Ahora si me disculpas, iré a mi cuarto, tengo una prueba para mañana y no quiero bajar mis notas……” decía a su abuelo sin titubear con su voz suave y seria que lo caracterizaba, al igual que su conducta por la cual tenía un bajo perfil.
El vivía en su cuarto, que estaba lleno de anotaciones en las paredes, libros por montones, que no era extraño, ya que su abuelo era un literato que sobresalía a simple vista; También estaba rodeado de fantasía, mataba su tiempo libre investigando sobre aquello que era su sueño….encontrar todo aquello que su abuelo le narró.
Así pasaba los Días, que eran casi una rutina: Se levantaba al colegio todos los días temprano por la mañana, donde solamente compartía sus ratos libres con un cuaderno que estaba hecho a mano con mucha destreza, que constaba de dos tipos de hojas, blancas y cuadriculadas… para poder dibujar y echar rienda suelta su imaginación; sino, compartía con su compañero de asiento, el cual no le era una molestia, al ser tan callado, le era una grata compañía; también solía compartir con una compañera de curso, que aunque fuese tan callada como ellos dos, siempre buscaba sacarle una conversación más larga de lo normal....pero su personalidad y timbre de voz en combinación con su forma de responder, que sin intenciones de hacer callar, la dejaban muda, casi al instante, sin más que decir, el siempre terminaba disculpándose por su manera de actuar con ella y se retiraba, mientras ella lo miraba con cierta insatisfacción. Ya acabando el día, volvía a la casa de sus abuelos, y le pedía al viejo, que le repitiese las historias, mientras ambos disfrutaban de un cigarro en el estudio, después, volvía a su habitación, a continuar con sus esfuerzos por lograr su meta.
Era afanoso y ordenado en su labor, los quehaceres del colegio no le quitaban mucho tiempo, así, se dedicaba en pleno a sus investigaciones: Búsquedas por internet, libros, cálculos, anotaciones, horas y horas frente a su computador tecleando y con una hoja escribiendo todo cuanto podía ser útil.
Una tarde, su corazón, que nunca era tocado por un sentimiento, sufrió, inconteniblemente, sus padres, habían muerto mientras viajaban en un avión que cayó a tierra cuando venían de vuelta al país; a pesar de aquel hecho lo dejó realmente triste, no lo demostraba notoriamente, su actitud era la misma de todos los días. Después de esa brutal suceso, pasaron unos meses hasta que el volvió a tocar el tema con su abuelo….
-“abuelo,…. He tomado una decisión, se cuanto te ha dolido la perdida de tu hijo único, y no me gusta verte mal, también…… bueno, eso no importa, lo que quiero decirte es que voy a tomar el nombre de mi padre…. Y de ahora en adelante quiero que me trates como tu hijo…. Por favor…”- mientras una lágrima solitaria caía por su mejilla.
-“hijo mío, no había ninguna necesidad para que hicieses eso, yo ya soy un viejo que debe aceptar la realidad, pero te conozco lo suficiente como para saber que si has tomado esa decisión, es porque no podré hacerte cambiar de opinión; a pesar de eso, ¿estás seguro que quieres cambiar tu nombre?....”
El asintió con toda determinación, secándose del rostro esa lagrima que rodó por su cara. Y desde ese momento comenzó a usar como propio el nombre de su padre, Dante, para mantener viva su memoria y cerrar lo que él creía el círculo de la vida.
Pasaron años hasta que ocurriese algo importante nuevamente en la vida del joven Dante. Estos años los pasó en su constante búsqueda, expandiendo sus conocimientos inmensamente, en todo ámbito; inclusive, después de salir del colegio prefirió tomarse unos años de receso antes de entrar a la universidad, y se dedicó a viajar por los rincones del mundo en búsqueda de las pistas que lo ayudasen a encontrar su famosa utopía. España, Italia, Croacia, Inglaterra, Suiza, Rusia, Corea, china y Japón, Kenia, Sudáfrica, Australia y Groenlandia, recorrió cuanta travesía pudo, no se cansaba en su afán, el único problema, era que encontraba millones de cosas sorprendentes para personas comunes y corrientes, pero Dante nunca pudo encontrar aquellas cosas que añoraba encontrar, tantos artefactos y personajes de su nube fantasiosa que jamás logró encontrar; era increíble pensar que el no desistió de su sueño a gran escala, nadie lo entendía.
Pasaron los años nuevamente, y había decidido entrar a la universidad, con una gran fortuna amasada inconscientemente y con un gran renombre mundial a cuestas, hizo furor entre los universitarios de su generación; era perseguido por sus compañeros, por su desempeño académico y acosado por sus compañeras por su presencia y fama, pero a Dante no le importaba nada, él solo quería enfocarse en sus estudios y despreocuparse del mundo para encontrar todo lo que él quería, nadie podría jamás sacarle de su cabeza esa meta, era imposible, nada lo distraía ni por un segundo.
De pronto, mientras estaba en la universidad, una chica nueva llegó a la clase y se sentó al lado suyo, él ni si quiera se percató de quien era, hasta que la chica habló con una voz suave y dulce:-“¡pero cuanto has crecido Dante!, llevo tiempo sin verte amigo, ¿Cómo has estado?....”- Dante, volteándose hacía ella; era su antigua compañera de colegio, se llamaba Katherine. Aquella joven notó fuertemente el cambio de actitud de Dante, se había ensimismado más todavía que en los tiempos de colegio, y eso le preocupaba demasiado. Intentaba sacarlo de su cuarto constantemente para que no siguiese decayendo, pero no obtenía ningún resultado, el continuaba y continuaba con sus estudios, solo, como a él le gustaba desarrollar todo lo que hacía.
Katherine en uno de sus esfuerzos logró sacarlo de su encierro y lo llevó una cafetería para conversar. Ella le contaba cómo empezó tan tarde a estudiar en la universidad siendo que, ella tenía prácticamente todo listo, buenas notas y recursos suficientes para hacer un ingreso limpio e inmediato, pero prefirió tomarse unos años de descanso, trabajo y viajes por el mundo, él le escuchaba atentamente, pero daba la impresión que no prestaba total atención a su historia, pasaron muchas horas juntos en esa cafetería, a pesar que las ocasiones como estas se repitieron contadas y pocas veces.
Al final, la amistad se afianzó, y terminaron su carrera como los mejores alumnos de aquella promoción, Ella, con el tiempo, se volvió su colaboradora y su gran apoyo en la búsqueda de su utopía. El tiempo que nunca se detiene fue pasando y ellos vivían en la casa de los abuelos de Dante, y ahí pasaban días enteros trabajando e investigando no solo en la pieza de él, sino que también abarcaron el estudio y los libros del viejo abuelo de Dante, quién era un cooperador importante, por ser quien dictaba las bases de las investigaciones y fomentaba las tardes de ensueño de los jóvenes, ya que ella se había contagiado completamente del afanoso trabajo de su amigo; eran un inseparable dueto, aunque Dante seguía siendo el mismo joven frio de siempre, que no mostraba ni una pizca de sentimiento, aunque por dentro aún dolía la herida de su padre.
Katherine era su pilar, ella le obligaba a desahogarse, y le ayudaba a dejar ese recuerdo a un lado, usando el mismo argumento que el usaba, “la investigación nos necesita por completo, no podemos dejar esto ahora, tenemos que mantenernos concentrados si queremos llegar lejos…..”, se repetían entre sí una y otra vez, con sus tonos de voz disparejos, él parecía que la retaba a ella, y ella parecía que lo consolase a él.
Este bello dueto, duró menos de lo que el abuelo de Dante pensaba, él creía que ellos terminarían juntos, que su nieto, el joven imponente de la familia se había enamorado; pero en realidad, el nunca pensó en ello, solamente trabajo cuanto pudo con ella, hasta que llegó el día que sin ningún motivo, se fue de la casa, sin decir adiós ni nada…. Nadie supo porque se fue, solamente sabían que no había una razón de peso.
Así Dante una vez más estuvo solo en su ambicioso trabajo. Pasó años invirtiendo su dinero y su vida en su búsqueda, pero no logró nada, una vez más fueron simples pérdidas de tiempo por todo el mundo, pero no desistió, aunque su terquedad le trajo millones de problemas y anécdotas por sobre todo:
Pasó 3 meses capturado por una facción terrorista en el Congo, estuvo perdido en el desierto del Sahara, vago mucho tiempo por Europa, y pasó por muchas dificultades al querer llegar al interior de áfrica, entre tantas cosas, hasta paso tiempo en la cárcel.
Ya harto de todo este fracaso, pensó que era una inutilidad todo el tiempo que él había gastado en su afán, que gasto su vida para nada, se sentía mal, ya no tenía ninguna gana de seguir con esto.
Así, se volvió a si casa, a tomar las riendas de la empresa que dejó a manos de su abuelo mientras él estuvo afuera, continuó con su vida igual que una persona normal, trabajo, trabajo y más trabajo era toda su rutina, pero, había un problema, él ya no era el mismo, había perdido toda motivación, prácticamente era una persona que vivía por inercia, era tristemente penoso verlo andar, sin voluntad, casi como un muerto en vida…
Un día, conversando con su abuelo en el estudio, este le pregunto porque dejo la búsqueda de los objetos, o ya las había encontrado; Dante con una voz suave, ni comparable con su tono común de voz le dijo que ya se había hartado de la búsqueda, que fue, es y será una pérdida de tiempo y de vida, habían pasado años en vano por su cuerpo y no los pudo aprovechar por estar cegado ante la vida.
Ante esta respuesta, el abuelo suspiró casi triste y le dijo: “hijo mío, ¿es que acaso no te das cuenta todavía?, ya encontraste el tesoro de la humanidad, las tradiciones, las personas, la cultura, el tesoro somos nosotros y nuestra diversidad… y es que las historias son simbologías hijo, nada más que eso, son la interpretación de los verdaderos tesoros….”. Dante un poco más alegre le dio las gracias a su padre, pero aún le quedaba algo importante en el tintero: “pero abuelo, me ha faltado una sola cosa de tus historias, aquella hermosa rosa de cristal que siempre me relatabas en tus historias, que estaba en un acantilado, donde convergían las sombras del mundo….”- a lo que su abuelo le respondió un poco enojado: “¡por Dios hijo!, ¿no te he dicho que tuviste al frente toda tu vida a TODOS los tesoros hermosos que te relaté?, inclusive, es el que más cerca estuvo... fue el que te inspiró a seguir esto y llegar a este punto.”
En ese momento, Dante quedo totalmente perplejo, entendía lo que el viejo quería decir….
Era una tarde lluviosa de junio, y Dante salió a toda prisa corriendo de su casa, recorrió toda la ciudad hasta llegar a la cafetería donde siempre compartía con su amiga, aquella quien estuvo a su lado y fue su mayor tesoro…. Lo había entendido todo, más que claro…. Pero no la encontró en el único lugar que creyó poder verla… cuando ya se iba, una voz le grito a lo lejos:-“¡Dante!”. Era ella.
El corrió donde estaba ella, y la abrazó fuertemente, le dijo al oído:-“Katherine, no quiero perderte más, quiero que te quedes la vida entera junto a mí, hoy he comprendido algo importante, ¿recuerdas aquella flor de cristal que hablábamos?, siempre me queje que nunca la podría encontrar, pero, realmente siempre la tuve al frente….”
Ella levantó la cabeza, y lo besó en la boca, estuvieron ahí un buen momento… ^////^
Y así, Dante, aquel muchacho que vivió de un sueño que se veía imposible,…. Logró su búsqueda a plenitud, y pudo vivir feliz con la persona que amaba, y quien era la inspiración de su vida.
También, su abuelo podía morir en completa paz, su nieto, quien se había vuelto su hijo, era feliz y la persona que él quería formar….
Ese hombre imponente, inteligente y feliz que él quería ver sonreír todos los días hasta su último respiro…
:)
P.D: emmm bueno... los nombres no son los más originales que encontré. Solo eso xD!